La adoración es una puerta abierta al cielo. Apocalipsis 4:1-11
Nuestra voluntad, como hijos de Dios, tiene que someterse a la voluntad de Dios en alabanza y adoración, ya que fuimos creados para ello y para vivir en ese amor que expresamos a través de la alabanza y la adoración. Incluso, sabemos, como dice la Biblia, que toda la creación fue hecha también para darle adoración al Señor.
Cada cosa que existe en la tierra y en el universo, está comprobado científicamente, que tiene su propio sonido diseñado para esa adoración.
Adorar a Dios es un momento de intimidad, donde te unes a Él, pues las Escrituras nos dicen que un espíritu somos con Él.
Satanás sabe lo que es la adoración y lo que sucede cuando fluimos en ella, ya que él fue uno que adoraba a Dios; por eso trata de evitar que tú y yo lo hagamos.
En Lucas 4:1-7 cuando Jesús es llevado al desierto, vemos como el diablo quería hacer entrar a Jesús en un pacto con él, sabiendo el poder que hay en esta acción de adorar, porque, cuando tú adoras a Dios, viene una transferencia de bienes: de unción, de eternidad, una transferencia de su gloria, de su riqueza, de su bien y sanidad, lo cual es derramado sobre sobre cada uno de nosotros, pues bien dice la Biblia que de su plenitud tomamos todos…
Caminas con Dios a través de la adoración
Juan 4:20-24 nos dice que Dios busca adoradores.
Cuando Dios suelta una palabra que hace rhema en tu corazón, ésta es vivificada cuando hay adoración.
Pero para que esto suceda, antes tienes que derribar el altar que había en tu corazón hacia otros ídolos.
Dios desea sentirse completamente amado por ti, adorándolo en espíritu y en verdad.
Entender el poder de la adoración, te hará entrar en un nivel en el espíritu de intimidad con Dios tal, que nunca volverás a ser ni a vivir igual.