Este domingo tuvimos un invitado muy especial, el hermano Wayne Myers, quien nos compartió un mensaje poderoso, bíblico y eterno, con el cual nos hizo reflexionar sobre qué haremos durante este año 2016.
Hemos comenzado un año de nuevas oportunidades, pero también de mayores responsabilidades, pues como hijos de Dios somos la luz de este mundo y debemos trabajar arduamente para seguir extendiendo el Reino de Dios y llevar esperanza a los que la necesitan.
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. Apocalipsis 3:7-8
Las oportunidades que tenemos en Dios para predicar a la gente de Jesucristo, las tenemos que aprovechar, pues no sabemos cuántas más tendremos el día de mañana.
…cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. Santiago 4:14
Como cristianos hemos analizado ¿cuántas puertas abiertas hemos desaprovechado para ganar almas para Cristo? Durante el 2015, las oportunidades que tuvimos, quizá jamás las volvamos a tener, pero éste es un nuevo año y tenemos que aprovecharlo.
Es fácil perderse en los engaños del mundo, por eso es importante que veamos la vida a la luz de la eternidad. Si tenemos todo, menos a Cristo, no tendremos nada de valor eterno.
El hermano Myers, nos menciona siete oportunidades que Dios nos da para este año 2016:
1º. Revalorar nuestras prioridades. ¿Qué es lo que te motiva y ocupa la mayor parte de tus pensamientos?
2o. Rededicar nuestras vidas y posesiones.
3º. Expresar nuestro amor, el cual es el lenguaje universal.
4º. Andar en las pisadas de Jesus, imitando su vida quien no vino para ser servido sino para servir y poner la vida.
5º. Aumentar el valor de nuestra recompensa celestial como inversionistas del Reino.
6º. Agrandar la visión misionera.
7º. Usar nuestra fe y alcanzar victorias que nos parecen imposibles.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1
Para ver un avivamiento es necesario que meditemos en todo esto, pero sobre todo, en mantener la unidad en la iglesia y clamar porque el Reino de Dios venga sobre esta nación.