Cada individuo nacemos con necesidades personales distintas, de acuerdo a nuestra cultura o situación económica y social, que de niños, muchas de ellas son suplidas por nuestros padres. Al ser adultos, cubrir estas necesidades puede llegar a ser realmente abrumador, pero, cuando empezamos a discernir que en realidad lo que hay en nosotros es una necesidad espiritual, es cuando comenzamos a buscar a Dios.
Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis. Amos 5:4
La gente en el mundo, busca desesperadamente solución a sus problemas, en muchas ocasiones buscando a Dios, pero lamentablemente, lo busca mal. No son guiados correctamente y llegan a lugares equivocados, donde lejos de llevarles a conocer a Jesús como su Salvador, los llevan a una religión. Y Jesús, no es religión. La Biblia nos dice que Él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie llega al Padre sino es por medio de Él. Juan 14:6
Una vez que tenemos este encuentro verdadero con Dios, como hijos, es importante permanecer firmes y buscarle constantemente para conocerle más e ir más allá de lo que en un principio éramos. No podemos conformarnos. Tu espíritu naturalmente comenzará a demandar un alimento diario de la palabra de Dios así como una relación más profunda con el Espíritu Santo.
Podrás congregarte los domingos, asistir entre semana a grupos en casa, si es que los hay, sin embargo, tener una relación personal con Dios es distinto. Eso lo desarrollas en tu comunión diaria con el Señor en oración y alimentándote de Su Palabra. Hacerlo, te llevará a amarlo de tal manera que no podrás vivir sin Él.
La vida de Pablo, es un gran ejemplo de cómo su vida fue transformada cuando Jesús se le reveló a su vida, y tú necesitas esa misma revelación poderosa, para que tu vida y la de tu familia sean transformadas. (LeerHechos 9:1-6).
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:31-32
Busca a Dios de la manera correcta, en el lugar correcto y alcanzarás el favor de Dios.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16