Este domingo tuvimos como invitado especial al Pastor John Arnott, de Toronto, Canadá. Con su visita, pudimos palpar esa unción poderosa que se mueve a través de su vida; enseñándonos con su testimonio, cómo el Señor lo llevó a vivir a él, a su iglesia y ministerio, un avivamiento empoderado por el Espíritu Santo, el cual comenzó por un deseo profundo de anhelar más de la presencia de Dios y la manifestación de su poder.
Un avivamiento se logra a través de vivir en obediencia a Dios y vivificar todo aquello que está muerto en lo espiritual; es encender la llama de la pasión no sólo por ver al Espíritu Santo operar con libertad en prodigios, maravillas y milagros, sino desear genuinamente ser usados por Él para extender el evangelio con el fin de rescatar al que está perdido.
Al parecer, en el camino la iglesia perdió lo que sucedió en el libro de los Hechos, pero hoy es el tiempo de recuperarlo, al ser sumergidos en el Espíritu Santo con la revelación del amor de Dios, honrando su Palabra y entendiendo que es Jesucristo quien salva y no la iglesia.