DÍA 7. SIGAMOS ADORÁNDOLE.

DÍA 7. SIGAMOS ADORÁNDOLE.

Salmos 95.6-7. Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.

PADRE: ¡Permítenos ver tu grandeza, tu magnificencia! Hoy nos bajamos del trono, para colocarte en el centro de nuestra vida y reconocer con humildad y asombro que nos hayas extendido tu brazo salvador.

Quítanos toda ceguera espiritual, que podamos ver a Cristo como lo vio el ciego de nacimiento al ser sanado. Él creyó en el hijo de Dios, lo vio y lo adoró. Jn. 9.35-39.

SEÑOR JESÚS: Decido adorarte de continuo, no solamente cantando y levantando las manos, sino con mis decisiones y acciones de cada día. ¡Te bendeciré en todo tiempo, tu alabanza estará de continuo en mi boca! Sal. 34.1.

Te adoraré con mis pensamientos, emociones y sentimientos, con mis decisiones y acciones. Te adoraré obedeciéndote y buscando ser transformado a tu imagen, Señor Jesús.

ESPÍRITU SANTO: Fortaléceme para decidir por Cristo y no por el mundo; para amar a mi Señor y Dios agradándole en todo. Muchas gracias te doy Padre, en el Nombre de Jesús de Nazaret. ¡Amén!

Nehemías 9. 6. Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

PADRE: Al adorarte, estoy consciente de que de que estoy en tu presencia, donde actúas soberanamente derramando de tu gracia y de tu abundante misericordia. ¡Envuélveme en tu presencia! He. 4.16.

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