Efesios 4:22-25 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
PADRE CELESTIAL: Gracias por la oportunidad de conquistar al “viejo hombre”, despojarme de su naturaleza pecaminosa, corrompida y viciada con pensamientos y deseos sensuales engañosos. Hoy declaro que fui crucificado juntamente con el Señor Jesucristo y que he muerto al pecado para vivir para Dios. Gá. 2.20.
PADRE: Me activo a renovar mi forma de pensar con tu Palabra, y a rechazar todo pensamiento que no corresponda a tu verdad. Pido la ayuda del precioso Espíritu Santo para hacerlo. Ahora mismo empezaré a vestir mi mente, emociones y voluntad con tu Palabra que me dice que: “Soy tu hij@, que me amas incondicionalmente, que he sido lavado con la Sangre de Cristo, que no hay más condenación ni culpa para mi. Qué tengo una herencia y un propósito en esta tierra”.
SEÑOR: Me renuncio a la mentira. Cada vez que llegué a mi cabeza un pensamiento engañoso o perverso, lo rechazaré de inmediato, no le daré lugar, ya que no me pertenece. Renuncio también al enojo, no permitiré que me controle, ni daré lugar al diablo.
PADRE: Abrazo tus pensamientos como míos y los pondré en mi boca. Ya no hablaré temor o fracaso. Sal. 119.15-16.
Decido salir de la duda, la ignorancia y el temor. Decido ser libre de todo espíritu atormentador que me dice “no vales”, “no sirves”, “no puedes”. ¡Se van fuera de mi mente y sentimientos! Soy libre de toda ruina, codicia, avaricia, fracaso, imposibilidad y muerte.
Tu Palabra dice que los pensamientos del diligente tienden a la abundancia. A partir de hoy seré diligente en cuanto a pensar posibilidad, fruto y prosperidad. Prov. 21:5. ¡Dame sabiduría e inteligencia para mantenerme firme y obedecer tu Palabra!
Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
SEÑOR JESÚS: Te entrego toda preocupación, afán y temor. ¡Te doy gracias porque tu suplirás para mis necesidades conforme a tus riquezas en gloria, en Cristo Jesús! Recibo tu Paz, que guarda mi alma en ti, Señor. Fil. 4.19.