En esta lección aprendimos que nuestra sanidad no depende de este mundo, sino de Cristo, quién ya pagó por la salud. En estos tiempos estamos seguros de que Jesús se manifestará a este mundo como el sanador. En esta clase aprendimos que debemos mirar la grandeza de Dios, y creer a sus promesas. En la sangre de su cruz, hubo tal reconciliación que ahora no solo tenemos acceso a salvación, sino también a la sanidad. Dios es bueno.
Versículos clave: Colosenses 1:20 Isaías 53:4-5
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