Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.
Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción;
Tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir; El Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia.
Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.
Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos.
Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz. Cuando fueren abatidos, dirás tú: Enaltecimiento habrá; y Dios salvará al humilde de ojos. El libertará al inocente, y por la limpieza de tus manos éste será librado.
Job 22. 21-30.
Gracias Padre porque hoy puedo volver en amistad contigo, habitar bajo tu abrigo, cubrirme con tus plumas y estar seguro bajo tus alas. Hoy recibo tu abundancia, todo lo que mi espíritu, mi alma y mi cuerpo anhelan. Hoy recibo tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, tu Shalom, inundando todo mi ser, mi habitación, mi familia, mi provisión. Te doy gracias porque durante este tiempo, tú harás volver el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres y quitarás la maldición de mi tierra.
Padre tú eres como fuego purificador y como jabón de lavadores y me has hecho rey y sacerdote para tí. En esta temporada estás sentado afinándome y limpiándome como al oro y la plata, y puedo traerte grata ofrenda en justicia delante de ti, bañado con la preciosa sangre de Cristo, y limpio por la palabra que me has hablado.
Hoy determino seguir adelante, no mirando las circunstancias, sin temor, sino sosteniéndome, como viendo al Invisible, y extendiéndome hasta llegar a la meta, al premio de tu supremo llamamiento en Cristo Jesús.
- Tere Márquez