UNA COSA TE PIDO SEÑOR

UNA COSA TE PIDO SEÑOR

En el día de la angustia, de la desesperación. Pero también en el día del gozo y de la alegría, una cosa te pido Señor, que fortalezcas mi ser para mantener mi vida en tu palabra. Que jamás me olvide de mi primer amor.
Hoy recuerdo lo que he recibido y oído, lo guardo en lo profundo de mi corazón y me arrepiento por haberme alejado de ti en los afanes de este mundo. Limpio mi mente y mi corazón de todo pensamiento contrario a lo que tú me has dado y vuelvo a ti.

Salgo de toda tibieza, pues me doy cuenta de que en este momento de necesidad, no tengo nada fuera de ti, necesito de tu fuerza y me acerco; escucho tu llamado, escucho tu voz y abro la puerta, para que entres a mí y cenes conmigo, me sientes contigo, en los lugares celestiales juntamente con el Padre y desde el cielo bajen mis oraciones, para que como es en el cielo, sea en la tierra.

Cuando haya tormentas, valles y desesperanza, pero también cuando camine en lugares de delicados pastos, ayúdame a mantener mi enfoque en tu presencia, en lo que significas hoy para mí. Que tu santo espíritu me advierta cuando mis prioridades cambien de ser la persona que escogió “una sola cosa,” la parte de sentarme a tus pies a escuchar tu palabra, como María de Betania.

Una cosa te pido señor, está buscaré, que esté yo en tu casa todos los días de mi vida, para contemplar tu hermosura y meditar en tu santo templo. Porque tú me esconderás en tu tabernáculo en el día del mal, me ocultarás en lo reservado de tu morada, sobre una roca me pondrás en alto. Luego levantarás mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré sacrificios de júbilo, cantaré y entonaré alabanzas a tu nombre

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