El Padre dice hoy, la provisión para tu salud y bienestar no está detrás de una máscara, sino a través de la Cruz. Si Yo certifiqué a los israelitas que no les pondría las enfermedades que experimentaron los egipcios, ¿cuánto más y en qué mejores promesas te encuentras? Tu bendición no viene de la montaña que ardía con fuego o de la sangre de animales en un altar terrenal. Tu salud, provisión y bienestar fueron comprados de una vez por todas hace 2,000 años con la sangre de la vida del Amado del Cielo derramada a tu favor.
No temas, dice Dios las cosas que ves venir sobre la tierra. Pueden caer mil a tu mano derecha y diez mil a tu izquierda, pero no se acercará a ti. Solo con tus ojos verás la calamidad de los impíos. Porque Yo te he cubierto con mis plumas y te he protegido bajo mis alas. ¿Qué puede hacerte el hombre? No hay epidemia en el cielo, y no hay pandemia en mi reino. ¡Tu ciudadanía está en el cielo, donde el corona no lleva corona, y las promesas de mi palabra tienen la última palabra sobre lo que viene después en tu vida!