El Padre dice hoy, las siembras que haces hoy aseguran las cosechas de mañana, así que no temas en repartir a siete, y aún a ocho, porque verás las nubes ser llenas para que se derramen en tu vida en esta temporada. No creas que Yo no tomo en cuenta todo lo que haces en el Reino, hay una memoria espiritual que acumula cada una de las cosas que haces en favor del Reino, así que cada vez que siembras tu dinero, tus oraciones, tu ayuno y tu servicio, se está generando una acumulación de mis bendiciones para que caigan en tu vida como la lluvia necesaria para que sigas bendiciendo a otros, y no solamente una lluvia casual, sino un torrente de favor, de gracia y de abundancia continuos. ¿No sabes que la remuneración que Yo doy a los que me aman es de riqueza, honra y vida? Amado, mis frutos son mejores que el oro refinado y Yo los tengo preparados como herencia tuya.
Como Rut usó la honra como su único recurso, conforme más honra daba, mi gracia la alcanzaba para que tuviera ganancias inesperadas, y un día se acostó pobre y despertó siendo rica, así es la remuneración que Yo tengo para tu humildad, servicio y honra. Los que contemplan las nubes y el viento no siembran ni cosechan, pero los que siembran amor, servicio y honra, recibirán depósitos de gloria constantes, dice el Padre.
TS