El Padre dice hoy, ríndete a mi paz. Deja que mi paz sea el árbitro en tu vida decidiendo con toda firmeza todos los asuntos de interés para tí. Tu paz no se encuentra en la disposición de las circunstancias externas. La paz no es la ausencia de conflicto. Aunque el conflicto puede bramar a tu alrededor tú solamente ven al lugar de descanso y acurrúcate en mi abrazo. Yo te tengo y te abrazo seguro en mis brazos. Los vientos y las olas de la insistencia estridente del hombre que hace las cosas a su manera con el tiempo pasarán. Yo voy a echarlos fuera de tu vida como un contaminante de la paz que Yo estoy multiplicando para tí en este día. Créeme, confía en mí. Mírame. Conoce que Yo tengo todo en mi mano.
Esta vez las cosas no saldrán como el enemigo podría esperar. El enemigo coloca sus lazos y pone sus trampas, pero no cuenta con tu negativa a salir del lugar secreto. Hay un lugar de descanso y confianza que el enemigo no puede transgredir, dice el Padre. Ánclate allí. A pesar de que desde fuera el enemigo venga con estrépito, haga ruido, amenace y desafíe – conoce que Yo estoy viniendo a través de tí. Puedes confiar en la obra terminada del Calvario. Deja a un lado toda la preocupación irracional y confía en mi bondad. Conoce que Yo soy tu paz y Yo soy tu gozo. Yo te estoy defendiendo y preservando. Yo soy tu ayuda siempre presente hasta que el tiempo de angustia pase.
-Russel Walden