Los desafíos que hemos venido enfrentando y lo que todos llaman nueva normalidad, nos están llevando a ver que las cosas no volverán a ser las mismas, pero, esto también implica el que debemos comprender que esta es una oportunidad de transición para ir hacia lo nuevo que tiene Dios; y para poder avanzar hacia ello, tenemos que despojarnos de lo viejo, al renovar nuestra mente y permitir que nuestro corazón sea cambiado.
Ello implica salir de nuestra zona de confort, dejar de hacer lo que hacíamos antes, las actitudes, las conductas, las formas de pensar, incluso, dejar la religiosidad y entregarle por completo nuestra vida al Espíritu Santo.
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