El Padre dice que hoy, porque Yo tengo tiempo, tú tienes tiempo. Tu edad cronológica no tiene nada que ver con la viabilidad de tu destino. Yo te hice un árbol de justicia, arraigado y cimentado en mi amor, lleno de savia y lleno de fuerza. El mundo que te rodea desprecia las canas y adora en el altar de la juventud, pero Yo digo que tu juventud se renueva como las águilas. Correrás, ¿y adivina qué? ¿No te cansarás? Caminarás, progresarás paso a paso y no te desmayarás ni te cansarás por el esfuerzo. No estás construyendo para los escasos años que te quedan; estás construyendo para la eternidad, no con madera, heno u hojarasca, sino con la solidez de quien Yo soy y lo que te he prometido una y otra vez en tu vida.
Sal en tu día y redime el tiempo. Toma el tiempo y hazlo tu siervo por la autoridad de la sangre derramada del Calvario. Date cuenta de que cuando andes por el camino que me agrada y te alineas con mi mente y mi corazón, Yo te estableceré cuando entres y te acompañaré cuando salgas. Mi bendición te está persiguiendo este día. Mi bondad está siguiendo el trabajo de tus manos y los pasos de tus pies. Nunca permitas que la amarga experiencia del pasado te hable más fuerte que la verdad de mi palabra. Las circunstancias son pasajeras, pero mi palabra permanece para siempre. Toma mi palabra en tu boca y deja que se aloje profundamente en tu corazón. Prepárate y decídete a ser un creyente que cree en la fe y no un profesor que se da por vencido cuando las contradicciones se ciernen sobre ti. Esta es tu temporada para establecerte. Una vez más, esta es tu temporada para establecerte, y si obedeces y entregas tu vida ante mí, nunca te sentirás decepcionado.
-RW