Tú cambias la tristeza, el luto, la desesperanza, el cansancio, en danza, alegría y gozo, que es nuestra fortaleza. Tú hablas paz a las familias y hablamos tu paz a la iglesia, a los líderes. Espíritu Santo habla a nuestros corazones y muéstranos tu dirección, para estos nuevos comienzos. Gracias por ser nuestro Dios fuerte y admirable
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