El Padre dice hoy, como Moisés escondió la gloria con un velo, Yo derramo gloria que no se puede esconder y que no se esconderá. Tu rostro brillará con mi gloria y otros lo verán y se conmoverán. Caminarás por la calle y los extraños te detendrán y preguntarán por el brillo inusual de tu rostro. Entrarás en una habitación y todas las voces se callarán porque mi gloria caminará en la habitación contigo. ¿Estás listo? Piensa en la mayor gloria de mi Espíritu que jamás hayas experimentado. Eso es solo un anticipo de lo que Yo tengo para ti. Junto a mí, te moverás con otros heraldos de mi gloria y mi lluvia será conocida en una tierra seca y sedienta para aquellos que claman por respuestas y liberación de lo que no pueden nombrar o articular.
Experimentarás la presencia permanente de mi Espíritu de una manera más profunda, dice el Padre, a partir de este día. Es un nuevo día, un nuevo día totalmente. Las primeras cosas serán olvidadas, porque la mayor luz de un día mayor se está manifestando. Ya no anhelarás la vendimia de lo que se hizo en días pasados, porque dirás en tu corazón “este es el día de los días más allá de cualquier cosa de la bondad de Dios que haya conocido …” ¿Estás listo, amado mío? ¿Ha recortado su lámpara y asegurado el aceite que lo sostendrá hasta el evento nupcial? El Esposo se acerca y el centinela se llena el pecho de aliento para anunciar mi venida. Esta es la hora, y este es el momento en que todo lo que se cumplirá está comenzando a suceder en marcas de agua inconfundibles de la promesa bíblica. RW