El Padre dice hoy, no permitas que mi promesa en tu vida permanezca dormida. No permitas que las fábulas y la mala dirección del pensamiento religioso te nieguen el AHORA que Yo te he prometido. Derriba toda imaginación o pensamiento de que Yo no lo estoy logrando para ti. No te rechazaré más de lo que rechazaría a mi Hijo cuando caminó sobre la tierra en su estadía mortal. Para despreciarte en tu necesidad, tendría que escupir sobre la Cruz. No es posible. Tu respuesta está aquí. Las promesas que Yo te he hecho son seguras. Créeme. Mantén tus expectativas sobre quién soy Yo y qué estoy haciendo. Tú no serás decepcionado. No serás rechazado. Yo me encontraré contigo en el camino y te llevaré al deseo más alto del corazón y al sueño más grande cumplido.
Alinéate con esta verdad básica. Di en tu alma: “Puedo tenerlo todo, porque busco primero el reino”. Di en ti mismo “¿qué más podría salir bien?” Haz guerra con tus palabras contra la preocupación y la derrota. No serás derrotado. No te descarrilarás en tu búsqueda de mis mejores y más elevados propósitos en tu vida. No eres demasiado joven ni demasiado mayor. Porque Yo tengo tiempo, tú tienes tiempo. Porque Yo soy tu justificación, puedes saber que no eres culpable. No eres culpable. Niégate a vivir con una conciencia de culpa que te diga que eres indigno de recibir. Yo me muevo en tu vida por mi estima por el Hijo en quien has creído. Nadie ni nada puede convencerme de descuidarte porque el don de mi Hijo está obrando en ti. Este es tu momento. Este es tu momento. Alégrate y entra por fe en todo lo que Yo te he prometido. RW