El Padre dice hoy, no es el momento de tener miedo. Deja que el miedo sea derribado en este día y levanta tus ojos para contemplar lo que Yo haré sobre la tierra. Este es el momento para que mi gloria se manifieste y para que grites de alegría. No te aflijas. Dile a tu alma, ¿por qué estás abatida? ¡Pon tu esperanza en mí! Yo estoy haciendo que se disipe la esperanza pospuesta y se regocijarán todos mis hijos y mis hijas que confiaron en mí. Levántate y resplandece porque ha llegado tu luz y mi gloria está ascendiendo en ti y está siendo liberada desde dentro de mi pueblo.
Porque tú eres mi santo templo y el gran poder de mi Espíritu está dentro de ti. La gloria que será liberada desde dentro de mi pueblo besará la gloria que será liberada del cielo y habrá una gran luz que vendrá sobre la tierra. La gran oscuridad huirá de en medio de ti, porque tú eres mi lumbrera, hijo mío, y Yo soy el Padre de las luces, la Luz del mundo que trae la verdad y te muestra el camino, dice el Padre.