El Padre dice hoy: Yo soy tu roca y tu torre fuerte en tiempos de angustia. Yo no te estoy ignorando y no estoy enojado contigo. Eso no es lo que siempre te han enseñado, pero sé un hijo complaciente con el Padre y conoce que el evangelio de mis buenas nuevas es tu porción, y aquellos que dicen lo contrario, no me conocen bien. En verdad, Yo te preservaré, y en la sumisión, te libraré de tus enemigos y te libraré de tus propias decisiones fallidas. Si lo hubiera sabido mejor, lo hubiera hecho mejor, pero SUFICIENTE DE ESO: recibe tu perdón, desempolva y sigue adelante. Alza tus manos hacia mi santo oráculo, y Yo te responderé con fuego. Inclínate ante el altar del Calvario y los beneficios de la Cruz serán los dividendos pagados en tu vida por el ejercicio de tu fe. ¿Los malvados? Que sigan siendo malvados; mantén tus ojos en mí, y nada más importa.
Cuando la guerra te enfrente y las acusaciones vuelen, decídete a hablar en paz. Mi reino es justicia, gozo y paz. Cuando hables paz, mi paz entrará en escena e incluso hará que tus enemigos descansen contigo. Sí, dice Dios, te daré el favor de tus detractores, y aquellos que se opongan a ti y se opongan a ti a pesar de sí mismos comenzarán a actuar de acuerdo con lo que Yo planeo a continuación en tu vida. Yo te he oído. Yo he escuchado la voz de tu súplica y te edificaré y no permitiré que nadie te destruya. Hoy Yo soy tu fortaleza, dice Dios, y tu escudo. Alegra grandemente tu corazón, porque el aceite de mi unción reposa sobre ti y hará brillar tu rostro cuando todos los demás rostros se llenen de tinieblas. RW