El Padre dice hoy, estás destinado a un encuentro cara a cara conmigo. Viene un día y una hora y un momento en que tu experiencia en mí no requerirá interpretación ni discernimiento alguno. Yo te encontraré como encontré a Abram en los campos de Mamre, y me verás y me conocerás tal como Yo soy. No temas. No te dejes distraer por las cosas que te rodean o por los acontecimientos que amenazan tu paz. Conoce que la protección de mi pacto te salvaguarda cada hora, y nada te dañará de ninguna manera.
Yo tengo mucho más para ti que dones, palabras y unciones. Estas son aquellas cosas por las cuales sirves a mi propósito y cumples las asignaciones que Yo te doy día a día. Conoce esto, que la intimidad es tu porción, y las profundidades de mi presencia serán el ambiente donde me conocerás y la comunión de mi gloria. En mi gloria está todo tesoro que satisface el alma y te hace conocer y reflejar la plenitud de mi persona, como un espejo refleja el rostro. Toda imagen contraria se desvanecerá en ese reflejo, y serás transformado para siempre a mi semejanza. RW