¿QUÉ TE TIENE QUE PODAR?

Siendo sinceros, hay áreas de nuestras vidas que necesitan ser podadas, cosas que Dios no considera atractivas de cada uno de nosotros. Él quitará todo lo inutil, improductivo, seco y muerto, lo que le estorba para que demos fruto para Él. Nos limpia porque se ha propuesto conformarnos a imagen de su Hijo. No nos podará a la fuerza, siempre lo hará convenciéndonos de la necesidad de hacerlo. Reflexionemos y dejemos al Espíritu Santo que nos muestre lo que necesita podar.

Malos recuerdos – malos hábitos de años – pensamientos negativos, destructivos y paralizantes – inseguridad – rechazo – avaricia – envidia – celos – ira – inmoralidad sexual – glotonería – adicciones – orgullo, (todo lo que me esclaviza, todo dios falso). Muchas adicciones nacen de aflicciones internas no resueltas.

1 Corintios 6. 12.

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

El Señor quiere podar lo no prioritario, lo superfluo. Quiere enderezar nuestras prioridades: Dios, el matrimonio y la familia, la iglesia, el trabajo, el país. Quiere podar relaciones inconvenientes o tóxicas – malas influencias – yugos inconvenientes – todo lo que te impide crecer en Cristo.

Padre, gracias por tu Hijo Jesús,  quien es el Camino Verdad y la Vida. Tú me estás podando para ser cada día más como Él y que pueda andar como Él anduvo. Tu Espíritu Santo me está mostrando las áreas que necesitan ser podadas. Me arrepiento y renuncio a la mentira, al enojo, el robo, a la flojera, la decidia, a procastinar. Decido trabajar para tener qué compartir con el que padece necesidad. Para ser un solucionador de problemas y no ser el que siempre está generándolos. Renuncio a las palabras corrompidas y te pido que pongas guarda a la puerta de mis labios para que hable solamente palabras de bendición, de vida, de edificación, de gracia y amor. Perdóname por contristar a tu Santo Espíritu con mi necedad, orgullo  y desobediencia. Decido perdonar toda ofensa y arrancar toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia de mi corazón, en el nombre de Jesús, amén.

Comentarios Facebook