HUMILDAD ES…

Un estado de dependencia total al Señor. Es la actitud y la decisión de confiar y creer en el Padre sobre la totalidad de nuestra vida, lo cual nos brinda descanso, reposo interno. Esta sola explicación debe provocar en nosotros, el deseo de humillarnos ante el Todopoderoso, quien nos librará de todo temor, cualquiera que sea nuestra circunstancia actual.

Al depender de Él, la vida de Cristo fluirá a nosotros de manera continua, incesante y constante. En esa dependencia se quitan los obstáculos, empezamos a disfrutar de mayor comunión con Él, y su voz y sus planes nos van siendo revelados. El ejemplo de esto es el propio Señor.

Juan 5. 19-20.

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. 20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

Padre, gracias por la invitación que me haces por medio de Jesús a aprender de su mansedumbre y su humildad. Hoy tomo de su actitud, de su sentir y me despojo de todo orgullo, independencia, rebeldía, desconfianza, temor, autosuficiencia y me acerco a ti, Padre amado, para rendirte mi vida por amor y someterme a tu buena voluntad. Me arrepiento de mi excesiva preocupación por las cosas materiales, por la auto exaltación, la independencia, por el engaño y la desobediencia, por confiar en la carne y en el mundo, esto solo me ha llevado al fracaso. He estado ciego y no te he visto, abre mis ojos, para que pueda ver, aviva mis facultades espirituales y dame la capacidad de gustar de ti y saber que eres bueno. Haz que el cielo sea más real para mí que ninguna otra cosa de la tierra, en el nombre de Jesús, amén.

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