Nahúm 1.7.
Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
En esta semana celebramos el día de la madre y muchas mujeres esperan llenar este día, aunque sea por un momento, el vacío que llevan en su corazón; sólo para descubrir que no hay nada ni nadie de la tierra que pueda llenarlo. El Padre celestial es el único que satisface el corazón. Hoy es un día para reconectarnos con Él, con su corazón, con su verdad, con su familia. Reconectarnos con la fuente de vida y de poder a través del Espíritu Santo, de reconectarnos con el amor del Padre.
Dios está quitando las vendas de los ojos, la tristeza, la falta de fe, la desesperanza. Nos fue quitada la alegría, las ganas de seguir, pero el Padre está rompiendo las cadenas que nos han detenido. El Espíritu de Dios traerá su consuelo a tu vida, Él sabe tu historia y circunstancias y te hablará al corazón, porque conoce todo el dolor, el sufrimiento, el rechazo, las amarguras, las heridas, los enojos, las pérdidas por las que hemos pasado. Tenemos que ser consolados, fortalecidos, nuestras mentes renovadas con el diseño original de Dios… y nuestros cuerpos sanados.
Y todo esto es también para las mujeres que no son madres, para los hombres, para los jóvenes, para los niños. Todos llevamos en el corazón un vacío que solo lo llena el amor del Padre.
Padre, elevo mi corazón con amor humilde y sincero, buscándote en adoración. No quiero pedir nada, solamente tú eres el deseo de mi alma, eres mi mayor necesidad. Tenerte a ti es tener la fuente de toda la felicidad. Mientras más me acerco, más te conozco y más aumenta este deseo de estar cerca de ti. Te ruego que me hagas ver tu gloria para que pueda conocerte mejor. Comienza dentro de mí una nueva obra de amor. Dame la gracia necesaria para que cada día aumente este deseo de estar en intimidad contigo, de conocerte, que tu Espíritu Santo me revele tu palabra, para que pueda entenderla y obedecerla y deleitarme cada día más en tu presencia, en el nombre de Jesús, amén.