Mediante la fe, Dios nos protege en la prueba. Lo más fácil para satanás es influenciar nuestros pensamientos y por ende las emociones. Ej.: Una tensión inesperada produce irritabilidad o temor, acarrea pensamientos de duda, de imposibilidad o de agresión. Los pensamientos sucios o las imaginaciones desastrosas muchas veces provienen del infierno y creemos que son nuestras. Aprendamos a pensar la Palabra, a meditarla para creerla y sostenernos en ella, especialmente en tiempos de prueba y/o de crisis.
Filipenses 4. 8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Resistir al diablo significa rechazar activamente sus mentiras. Nuestra fe y nuestra salvación están basadas en la verdad y no en lo que vemos, pensamos o sentimos. Nuestro valor está cimentado en nuestra posición en Cristo, no en nuestra propia
justicia. Nuestra victoria es nuestra fe en Él y no en nuestra propia fuerza. Nuestra libertad está sostenida en la verdad.
Juan 8. 33,36. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Padre, ¡qué importante es la verdad! Tú eres la Verdad y la Vida. Y mi vida ha estado por mucho tiempo llena de mentira. Aún ahora que soy tu hij@ sigo mintiendo, por lo que hoy vengo arrepentid@ y te pido perdón por cada mentira que he dicho y por cada engaño en el que he vivido. Yo soy tu hij@, soy hij@ de la verdad y quiero hacer tus deseos y no los del diablo, que es mentiroso y padre de mentita. Porque la verdad es una parte muy importante de la armadura que me has dado y yo tengo que vivir en la verdad para poder reconocer los dardos de fuego del maligno, sus engaños y si me meto en el terreno de la mentira, no los voy a reconocer. Gracias por la fuerza y el poder del Espíritu Santo, que me santifica y guía a la verdad y me lleva por tu camino de santidad, donde tú me llevas de la mano y no me dejas desviarme ni perderme, en el nombre de Jesús, amén.