LA NECESIDAD DE SER SALVO.

El Hijo de Dios, Jesucristo, dio su vida para rescatarnos, tomó nuestro lugar en la cruz y derramó su sangre para perdonar nuestros pecados y regresarnos a Dios. Nuestro valor es lo que vale la sangre de Cristo.

1 Pedro 1.18-20. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.

Dios puso en acción un plan maravilloso por el cual los eres rescatado de la muerte espiritual en que quedaste por el pecado de Adán y Eva. En el edén, Dios mató a un animal e hizo túnicas de pieles para que el primer hombre y la primera mujer cubrieran la desnudez que les avergonzaba. Al hacer eso, Dios mostraba lo que haría años más tarde cuando el Cordero perfecto sería inmolado para quitar tu pecado y así poder llevarte de regreso al Padre. La necesidad de todo ser humano es la del Salvador Jesucristo. No existe otro Salvador para la humanidad, sólo Él es el camino de vuelta a Dios, solo Él puede otorgarte la salvación a través de creer y confesar de corazón que tomó tu lugar en la cruz para pagar con su vida tus pecados. ¡Reconócelo hoy mismo! ¡Confiesa a Jesucristo como Salvador, con una oración de fe! 

Señor Jesús, creo que eres el Hijo de Dios, que moriste en la cruz para rescatarme del pecado y de la muerte y para llevarme al Padre. Te escojo a ti, me entrego a ti, recibo tu perdón y te pido que tomes el lugar que te corresponde en mi vida como mi Salvador y Señor. Y llévame al Padre para que me haga su hijo, su hija y derrame su amor enviando al Espíritu Santo a vivir en mí. En el Nombre de Jesús, amén.

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