No importa quién seas o lo que hayas hecho, tienes derecho a creer.
Juan 3. 16.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Una vez que crees y recibes a Jesús como tu Señor y Salvador, tienes derecho a recibir tu herencia de hij@ de Dios.
Gálatas 3.29.
Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
La Palabra de Dios es el fundamento sobre el que nos paramos para orar. Es la base de toda oración eficaz. Así que conviértela en la autoridad final de tu vida.
Mateo 24. 35.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Padre, gracias porque tu Espíritu que has hecho morar en mí me anhela celosamente. Tú quieres que me acerque a ti, sin mezclas, sin contaminación, para que tú te acerques a mí y me revelos los secretos más profundos de tu corazón. Con manos limpias y corazón puro, dejando la amistad con el mundo, para que mi amistad contigo llegue hasta lo más profundo, como dice tu palabra, tu profundidad clama a mi profundidad y poder tener esa relación de cercanía con tu corazón. Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.