¿CUÁNTOS DE TUS PROBLEMAS DEJARÍAN DE SERLO SI TU VIDA Y TUS COSAS SIMPLEMENTE ESTUVIERAN EN ORDEN?

Todos deseamos ser prosperados en todas las cosas, nuestro Padre también lo desea, 3 Jn. 2., pero convengamos en que la prosperidad es fruto del orden del alma. Lo primero es estar en orden con Dios:

Isaías 1. 18. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

> ¿DESORDEN EN LA SALUD? Muchas enfermedades son causadas por un

desorden en el trato a nuestro cuerpo. También existen espíritus de enfermedad, bacterias, virus, etc. Somos desordenados con lo que comemos y bebemos, con las horas de sueño, de ejercicio, etc… y de ahí al médico, quien nos receta medicinas

para restablecer el ORDEN.


> ¿DESORDEN EN LAS FINANZAS? ¿Eres de los que gastas más de lo que

ganas y tienes problema con dar tu diezmo a Dios? De ahí surgen las deudas, el buró de crédito y los despachos de abogados que nos persiguen. Muchos no saben

ni cuánto deben. Si tienes deudas, te damos un consejo: PONLAS EN ORDEN, de la más pequeña a la más grande y págalas así, en ORDEN.

> DESORDEN EN EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA: Ofensas por un lado y falta de perdón por el otro, falta de respeto a la autoridad. Y hasta que las personas se van a morir, buscan la reconciliación para volver al ORDEN.

Padre, perdona todo el desorden en mi vida. Todo el desorden desde mis pensamientos y mi corazón. Tus pensamientos y tus caminos son más altos que los míos y yo he persistido en hacer las cosas a mi manera, hasta llegar al caos en tantas áreas de mi vida. Hoy cierro mis ojos y veo a tu Santo Espíritu moviéndose sobre las aguas, trayendo el orden a tu creación. De la misma forma tu Espíritu Santo visita mi corazón, lo riega y lo enriquece, con tu río lleno de aguas, preparas la semilla de tu palabra, riegas los canales, haces que se empapen los surcos de mi corazón con tu revelación. Los ablandas, bendices sus renuevos. Tú coronas el año con tus bienes y los valles de mi vida se cubren de grano. Gracias por el orden y la prosperidad que trae a mi vida tu Espíritu Santo, en el nombre de Jesús, amén.

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