EL ESPÍRITU DE DIOS SE SIGUE MOVIENDO

En Génesis 1. 1-2, dice que en el principio la tierra estaba desordenada y vacía. Y la mayoría de nuestras vidas antes de conocer a Jesucristo como Señor y Salvador estaban así: desordenadas y vacías. Conocemos muchos atributos y nombres de

Dios, pero poco reconocemos que Dios es ORDENADO. El versículo dice también que las tinieblas estaban sobre el abismo, pero el Espíritu de Dios se movía … como esperando la orden, para poner ORDEN. ¡La buena noticia es que el Espíritu de Dios se sigue moviendo!, y siempre para favorecernos con su orden.

Génesis 1. 3-4. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Así nosotros, cuando recibimos a Cristo, es como si Dios dijera: “Sea la luz en tu vida”… Miremos cómo lo explica el Apóstol Pablo a los corintios:

2 Corintios 4. 6. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

 ¡Jesús, tú eres la luz del mundo! Tu palabra dice que el que te sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Gracias, gracias, gracias. Por esta vida en abundancia, en seguridad, en plenitud. Tú me llevas de la mano  por un camino lleno de luz, de santidad. No me permites perderme aun y a pesar de mis torpezas. Me das sabiduría si me falta y te la pido, me llenas con tu paz que sobrepasa todo entendimiento, me das fuerza cuando estoy cansado y multiplicas mis fuerzas cuando no tengo ningunas. No temeré porque siempre estás conmigo, no desmayaré porque siempre me esfuerzas, siempre me sustentas con la diestra de tu justicia. Gracias porque me llamas a desatar las ligaduras de impiedad, a soltar las cargas de  opresión, a dejar ir libres a los quebrantados y a romper todo yugo, a partir el pan con el hambriento, a albergar a pobres errantes en casa, a cubrir al desnudo y a no esconderme de mi hermano. Entonces nacerá mi luz como el alba y mi salvación se dejará ver pronto. E irá tu justicia delante de mi y tu gloria será mi retaguardia, en el nombre de Jesús, amén.

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