Isaías 8. 12-13. No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.13A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
En su Palabra, Dios nos dice que podemos vivir victoriosos, fuertes en Él y en el poder de su fuerza. Él reiteradamente nos promete que nunca nos dejará ni nos desamparará, sin importar las circunstancias. Dt. 31.6. La fuente del miedo es satanás, quien es un mentiroso, un engañador y tratará de robar la fe en la que ahora vivimos y nos movemos.
1 Juan 4.18. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Satanás envía sus ideas teñidas de miedo a nuestra vida para tratar de atormentarnos, de hacernos dudar y sentirnos miserables, hasta el punto de frenar la obra que el Señor quiere que hagamos y dejar de recibir las cosas que Dios tiene para nosotros. Todas estas batallas están en nuestra mente y se les combate cambiando los pensamientos. No permitiendo que los dardos de temor del maligno penetren a nuestro pensamiento, ya que son recibidos, harán de un pequeño pensamiento, toda un historia de terror. Contrarrestemos cada pensamiento con la Palabra de fe.
El amor y la fe es el antídoto para el temor. Y tu voz es un arma poderosa, confiesa la Palabra de Dios y serás libre de todo temor.
Padre, gracias porque no me has dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Hoy confesaré tu palabra, crearé con el poder que has puesto en mi boca, un ambiente de confianza y seguridad alrededor mío y de mis seres amados. Tú me das la fuerza para vencer el temor que me atormenta y paraliza. Porque tú siempre estás conmigo, no temo ni desmayo, tú eres mi Dios que me esfuerza, siempre me ayudas, siempre me sustentas con la diestra de tu justicia. Porque tú eres Jehová mi Dios, quien me sostiene de mi mano derecha y me dice: no temas, Yo te ayudo, en el nombre de Jesús, amén.