¡QUÉ FASTIDIO!

Existen estados de ánimo que afectan el avance de nuestra vida, pero que también impactan a la familia, a toda una congregación, al punto de detener el propósito divino. El Señor nos muestra a través de Moisés, durante el éxodo de Israel, como las actitudes negativas frustran las promesas divinas de toda una generación.

Como discípulos del Señor Jesús buscamos siempre el crecimiento y la multiplicación de los creyentes, pero este debe ir aparejado con la renovación de la mente y el dominio de nuestras emociones, a través de su Palabra y del Espíritu

Santo, quienes nos guían a la tierra donde sus promesas se cumplen.

Malaquías 1. 13a.Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos…

Dios sacó de Egipto a su pueblo con señales y prodigios maravillosos. Después de cruzar el Mar Rojo en seco, y de ver como las mismas aguas caían con toda su fuerza sobre los egipcios que les perseguían, tuvieron temor de Dios y creyeron a Moisés su siervo.

Éxodo 3. 9-10. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

Padre, ayúdame a reconocer a través del estudio y meditación de tu palabra el estado de ánimo en el que me encuentro. Sé que tienes maravillosos planes para mi vida, pero el cansancio y la frustración me han llevado al estancamiento, aun a la esclavitud en algunas áreas de mi vida. Hoy clamo a ti, te pido que me ayudes a reconocer el principio que me llevó a este momento y que pueda reconocer la razón de este fastidio para recuperar el gozo y el ánimo de seguir adelante cumpliendo el propósito divino que tienes para mi vida, en el nombre de Jesús, amén.

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