Dios es asombroso, ciertamente maravilloso y no deja de sorprendernos día a día. Es un Dios de nuevos comienzos, de creaciones y cosas nuevas. En el hermoso capítulo 43 de Isaías, nos habla de cosas absolutamente nuevas, jamás vistas, a las que tendremos que acostumbrarnos, si es que esto es posible, aun cuando estemos en su presencia.

Isaías 43. 19. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Conocemos y hemos hablado de los grandes atributos de Dios, pero poco hablamos de su capacidad para hacer todo nuevo. Empezó con nuestro ser: Caímos, pecamos y fuimos destituidos de la gloria de Dios. No teníamos remedio y Dios, en su misericordia ¡nos hizo nacer de nuevo!

2 Corintios 5. 17. De modo que si alguno está en Cristo, NUEVA CRIATURA es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son HECHAS NUEVAS.

Dios nos habla de empezar una nueva vida en Cristo, olvidándonos de nuestra antigua manera de vivir, para experimentar cosas nuevas. Tenemos la oportunidad de iniciar una vida completamente nueva en Él, y esto nos lo recuerda día a día. Cada amanecer es la oportunidad para volver a empezar.

Padre, gracias por este año que está terminando, porque tú lo coronas con tus bienes, del cielo mismo, tus nubes destilan la grosura de la bendición sobre mi vida. Y haces que toda la tierra de mi corazón reverdezca con nuevo grano y una nueva visitación para mi vida. Gracias por este hermoso año que termina y gracias porque en el nuevo que comienza, tu bendición llena de alegría mi corazón, en el nombre de Jesús, amén.