Levítico 26. 10. Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para

GUARDAR LO NUEVO.

El Padre nos está dando el año nuevo, para que lo vivamos diferente. Tal vez siempre te habías hecho propósitos de Año Nuevo y nunca los habías cumplido, pero este año, termina y empieza diferente. La idea de sacar lo viejo y hacer espacio a lo nuevo no es del Feng shui, es de la Palabra de Dios. Él es Dios de cosas nuevas, de nuevos comienzos, de nuevas oportunidades. Dedica un tiempo a reflexionar al respecto.

Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros no estamos a gusto en el puesto de trabajo que tenemos, pero no nos atrevemos a buscar una nueva alternativa, ya sea por miedo, falsa comodidad o por falta de confianza en nosotros mismos? Si no dejamos ir lo que ya no sirve o nos aburre, ¿cómo podría llegar lo bueno a nuestra vida? Habla con el Padre y dale la oportunidad de mostrarte lo nuevo que tiene para tu vida.

Deja de hacer las cosas siempre de la misma manera. Si pecas, ¡ya no peques más! Si no orabas, empieza a hacerlo. Si orabas poco, empieza a orar mucho, a orar en lenguas. Congrégate, abre una Casa de Vida. Y si ya tienes una, invita a más personas o abre otra. Invita amigos a tu casa. Disfruta, el reino de los cielos está lleno de gozo.

Padre, ¡gracias la nueva luz que hay cada mañana! Por cada nuevo amanecer, porque me das siempre nuevas oportunidades y nunca te cansas de mí. Porque eres un Dios de FE, tienes fe en mí y en lo que harás en mi vida. Porque nunca es demasiado tarte, nada está perdido, porque tu misericordia es nueva cada mañana, tu amor y tu gracia son infinitos. Hoy saco todo lo viejo, te pido perdón y me arrepiento, empezaré de nuevo sostenido por tu mano, en el nombre de Jesús, amén.