Te invitamos a entrar a un PERIODO VOLUNTARIO de oración y ayuno de 21 días, para profundizar tu relación con el Señor, escuchar su voz y pedirle su consejo y unción para enfrentar y vencer los desafíos personales, los de la iglesia, los nacionales e incluso los mundiales.
 
El ayuno es un periodo de abstinencia de alimento que se combina con oración y adoración, cuya finalidad es escuchar su voz, respecto a sus planes para el 2023. Es un periodo voluntario donde no ingerimos ciertos alimentos y reducimos otros.
 

ES UN ACTO DE HUMILLACIÓN: Humildad es la actitud correcta para ayunar
 
Isaías. 57.1 5. Porque así dijo el Alto y Sublime, Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
 
MUESTRA QUE PREFERIMOS A DIOS, ANTES QUE LA COMIDA:
Preferimos su presencia en lugar de la cena o el desayuno. El ayuno nos hace más sensibles a Dios. Él nos atraerá y revelará cosas nuevas y profundas.

1 Corintios 2. 9. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

ES DESTRONAR AL ESTÓMAGO: Someto mi apetito físico para enfocarme en Dios y su Palabra, dando prioridad a los propósitos espirituales y
haciendo morir la carne.

ES ENTRE DIOS Y CADA PERSONA: Mateo 6. 17-18. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

No debe notarse que ayunas, tampoco lo presumas.

QUE SEA UN HÁBITO DE LOS HIJOS DE DIOS: En Mateo 6. 16. el Señor dice: Cuando ayunen (no dice si ayunan, sino cuando lo hagan) no sean austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto les digo que ya tienen su recompensa.
 
Asimismo te invitamos a las reuniones de oración por zoom diariamente, desde el día de hoy, HASTA EL 29 DE ENERO.
 
Padre gracias por esta maravillosa oportunidad de empezar este año buscándote con todo mi corazón. Te entrego mi vida, mi cuerpo, mi alma, mi voluntad, para que tú me hables y me guíes durante estos días tan importantes para el resto del año. Me dispongo con humildad a escucharte y obedecerte, en el nombre de Jesús, amén.