Jesús llegó a nuestra casa para bendecirla. Ha llegado a nuestro corazón para darnos vida abundante; démosle siempre el lugar de honor, honremos su presencia. Jesús visitó la casa de Simón el leproso, la de Pedro, la de Mateo, la de Marta, María y Lázaro, así como la casa de Zaqueo. En cada una de ellas hubo bendiciones incontables. ¡Eres bienvenido a mi casa Señor Jesús, bienvenido a cada área de mi vida, a mi trabajo, a mi negocio, a mis relaciones personales!
La iglesia de los Hechos creció en las casas de los discípulos. Queremos la presencia tangible de Dios en cada Casa de Vida de Centro de Vida Lomas. ¿Qué dices de tu Casa de Vida? ¿Está Dios ahí, haciendo milagros, alcanzando a los perdidos? O ¿anhelas abrir una Casa de Vida en tu casa? Bien haces en poner al servicio del Señor tu casa. La de Obed Edom fue bendecida grandemente en tres meses. Prosperó y dio fruto a causa de la presencia de Dios.
Vemos que Obed Edom estuvo dispuesto a servir en cualquier posición para estar en siempre en la presencia de Dios. ¿Harías cualquier cosa para el Señor? Más adelante, en el capítulo 26 de 1a de Crónicas vemos que los hijos de Obed Edom fueron también buscadores de la presencia y servidores en el templo. ¡Dios alcanzó a sus generaciones!
Proverbios 10. 22. La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
Gracias Padre amado porque tú me bendices en todo tiempo y en todo lugar. Ahora sé que no importa cuál sea mi problema, la solución está en tu presencia, fuera de ti nada podrá resolverlo. Desde hoy seré un discípulo de tu presencia como Obed Edom. Y así como su familia, mis generaciones son también benditas en tu presencia. Yo y mi casa serviremos al Señor, mis hijos, descendientes, familiares son usados por Dios y no se alejan de tus caminos, en el nombre de Jesús, amén.