Para que la Palabra de Dios actúe en mí y a través de mi, se requiere FE.
1 Tesalonicenses 2. 13. Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.
Hebreos 4. 2. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Si no tenemos suficiente FE, podemos obtenerla: La misma Palabra de Dios la produce. La Palabra es viva en sí misma y produce resultados.
Romanos 10. 17. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Cuando lees la Biblia, la Biblia te lee también a ti, mostrándorte las intenciones de
tu corazón y guiándote al arrepentimiento, al cambio.
Hebreos 4. 12-13 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Ej. Todos tenemos problemas con el orgullo, del cual no nos damos cuenta muchas veces. La Palabra nos lo muestra y nos lleva a morir a toda autosuficiencia y arrogancia, para depender de su consejo.
Salmos 19. 12-13. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
Padre, gracias porque tu palabra me lleva siempre a la verdad, no me permite auto engañarme. Me confronta y convence. Gracias por tu Santo Espíritu que me fortalece para obedecerla. Quita toda dureza de mi corazón, renuncio a la terquedad y la obstinación. Tú ya me diste un corazón capaz de obedecerte. Te amo con todo mi corazón. ¡No me haré más “pato”! En el nombre de Jesús, amén.