ARREPIÉNTETE:

ARREPIÉNTETE:

 Comprendamos esta actitud salvadora en su totalidad, ya

que no se trata solo de confesar el pecado y ya. No tomemos el arrepentimiento a la ligera pidiendo solo disculpas, pidamos perdón a Dios. Pedro el apóstol se arrepintió de haber negado al Señor y fue restaurado, Judas Iscariote no.

Lucas 22. 31- 32. Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

El arrepentimiento es un regalo del Espíritu Santo, es una tristeza interna que nos lleva de vuelta a reconciliarnos con Dios. El hijo pródigo es un ejemplo de arrepentimiento verdadero. Le dijo a su padre: ¡He pecado contra el cielo y contra ti!… y fue restaurado.

RENUNCIA A SATANÁS:

Rompe verbalmente cada pacto y todo derecho cedido al diablo sobre tu vida. Si posees objetos, amuletos, libros o cualquier otra cosa que te relacionaba con el diablo, decide romperlos, destruirlos. Y renuncia a cada uno de los espíritus familiares o personales (ponle nombre) que te mantuvieron esclavizado. Ej. Renuncio a la adivinación, a la santería, a la idolatría, al culto a la muerte, al alcoholismo, a la envidia, a la lujuria, etc.

Hechos 19. 18-20. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. poderosamente la palabra del Señor. 20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.

Hoy me declaro libre en Cristo Jesús. Quedo libre del espíritu de (nombre) en el nombre poderoso de Jesús. Reprendo y echo fuera de mí cada espíritu maligno que me tuvo esclavizado.

Padre te pido dirección y sabiduría, la fortaleza de tu Espíritu Santo para ser libre de las asechanzas del diablo. Me mantendré firme escudriñando tu palabra y alejado de las tentaciones y del pecado. Orando en todo tiempo para declarar la derrota del enemigo, para dscernir y rechazar sus pensamientos sucios, mentirosos, que creo que son míos, que me acusan, que me ponen culpa falsa. Huiré del pecado y derribaré todo pensamiento contrario a la obediencia a Cristo y no permitiré que me controle nuevamente. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios Facebook