ENFRENTANDO A GOLIAT.

En esta historia de la Biblia aprendemos sobre una guerra entre israelitas y filisteos que estaba siendo dominada por el gigante Goliat, al punto de desafiarlos a traer a un soldado que pudiera enfrentársele, pero nadie del ejército israelita fue lo suficientemente valiente como para hacerlo, es más, la Biblia dice que al escuchar al paladín, se turbaron y tuvieron gran temor.

1 Samuel 17. 26. Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

Ante la jactancia de Goliat y el temor de los Israelitas David le contó al rey Saúl como Dios le había dado la victoria como pastor y que tenía fe en que Dios lo ayudaría a vencer a ese gigante.

1 Samuel 17. 34-37. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

Padre, esta historia es un reflejo de mi vida, las circunstancias que enfrento son como gigantes invencibles, que me turban y me hacen sentir inseguridad y temor. Pero hoy, como David, recuerdo de todo lo que me has salvado, cómo me has sacado adelante en las adversidades, en las que siempre has estado conmigo. El enemigo es el mismo, y hoy tu fortaleces mi fe y enfrento a estos gigantes como lo que son: filisteos incircuncisos provocándote directamente a ti, que vives en mí y eres mayor que el que está en el mundo. Gracias por la gran confianza que das a mi corazón y por la salida exacta, como la pequeña piedra que usó David, para vencer a cualquier gigante, en el nombre de Jesús, amén.

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