Ejemplo. A dos mamás cuyas hijas están cursando el tercero de primaria les preguntó una amiga… ¿Cómo va tu hija con la aritmética? Todavía no se aprende las tablas de multiplicar, respondió una. La otra dijo: ¡Ya sabe sumar y restar y está comenzando a multiplicar! ¿Cuál de las dos te parece una persona más positiva? Creo que todos estaremos de acuerdo en que la segunda.

A una pregunta similar respecto a tu hijo: ¿Te enfocarías más en lo que no ha logrado o en lo que ya domina? Las personas positivas tienden a destacar los avances, dan reconocimiento y proveen nuevas oportunidades para mejorar; las negativas se enfocan más en los rezagos y en las imposibilidades; y eso hace una gran diferencia no solo en ellos mismos sino en su liderazgo.

Aun frente a un evento negativo, ¿podemos esperar alguna consecuencia positiva? Hoy día muchos hermanos están pasando crisis diversas, y su fe en Cristo está siendo puesta a prueba, tengamos cuidado de que el temor, la duda, la incredulidad, no ganen terreno en la mente y corazón, ya que son enemigos de la fe y el amor.

1 Juan 4. 18. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Padre hermoso, examíname y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos. No hay nada que pueda esconder de ti, conoces hasta lo más íntimo y has visto mis dudas, mis temores, cómo ha vacilado mi corazón ante la adversidad y las tristezas. Pero hoy me arrepiento de esta actitud, te pido perdón y me comprometo a buscarte en tu palabra, en tu verdad, en tus promesas, que siempre son positivas, a pensar y a actuar conforme a lo que me hablas, a aprender de lo que me enseñas y a vivir como el hijo más que vencedor que me hizo Jesús en la cruz, en su nombre, amén.