Isaías 61. 10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
ATAVÍO: Vestidos, arreglos y adornos fuera de lo común.
MANTO: Capa o vestidura ceremonial de principes, soberanos y caballeros del un Reino. Se coloca sobre los hombros y cae hasta el suelo.
SALVACIÓN Y JUSTICIA: Son el ropaje adecuado para entrar a la presencia
de nuestro Dios santo. Él mismo nos la ha provisto y anhela que la llevemos a diario. Las vestiduras espirituales de la novia nos fueron dadas por el novio. Necesitamos revestirnos de Cristo viviendo y actuando justamente. Eje. La coraza de la justicia, también es llamada la coraza de la fe y el amor.
Romanos 3. 23-24. Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Vestidos de su justicia, no de la nuestra, porque la nuestra a sus ojos es como un trapo sucio. Is. 64.6. Requeriremos el vestuario de bodas para entrar al banquete. En la parábola de la fiesta de bodas se nos advierte de alguien que “se coló” al banquete de bodas sin estar vestido adecuadamente… lo sacaron.
Mateo 22.12. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció…
Padre, gracias porqué me hiciste nacer de nuevo, entrar a tu familia y ser tu iglesia. Me revestiste de Cristo y soy tu hijo por la fe en Él, porque he sido bautizado en Cristo, en el nombre de Jesús, amén.