Además de una fe firme, ordenemos lo que se ha movido en nuestra vida a causa de las pruebas de la fe, de los golpes de la vida. Ordenemos todo lo que se ha movido de la Palabra, volviendo a ella, volviendo al Señor.
• Quitemos todo concepto incorrecto respecto a Dios, derribemos los argumentos que se han levantados en la mente, que no están alineados a la verdad de su Palabra, salgamos del temor y la duda. ¡Dios es bueno!
Santiago 1. 16-17. Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
• Entrega al Señor toda tu preocupación, angustia y temor.
• Incrementa tu fe oyendo la Palabra. El Verbo de Dios cambia tu perspectiva, tu actitud, tu ánimo. Más fe, más fuerza interna
• Deja de creer tanta mentira del enemigo.
• Actívate en la obediencia a la Palabra, en el camino de Jesús.
• Vivamos por Fe.
• Solo en Cristo tendremos victoria.
¿Cómo puedo saber que estoy venciendo? Cuando a pesar de todas las circunstancias, nunca pierdes el gozo, la paz interna. El gozo del Señor es nuestra fuerza.
La fe no se esconde, se te tiene que ver. Sin fe, el temor te aísla. ¡Somos más que vencedores por medio de Jesucristo! El Señor nos acompaña en la prueba, cualquiera que esta sea, para darnos la salida.
Padre, gracias por abrirme los ojos, todo lo bueno proviene de ti, Jesús vino al mundo para que tuviera vida en abundancia. Hoy lo sé y te pido perdón por haberte culpado de los males en mi vida, ahora sé que vienen del enemigo. Tú solamente quieres el bien para mi. Hoy ordeno mi vida, rechazo todo lo que no proviene de ti y me enfoco en el supremo llamamiento que me has hecho, en la gracia y los dones que siempre me das, en el nombre de Jesús, amén.
