El Padre nos ha hecho nuevas criaturas, nos ha dado la fuerza de su amor y de la fe, su ADN espiritual, así como un arsenal de armas poderosas para resistir los embates de los enemigos y e ir a la ofensiva en el establecimiento de su Reino.
Daniel 1. 8. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
¡EL SEÑOR NOS QUIERE INQUEBRANTABLES! Somos una generación diferente, tal y como lo es el Señor Jesucristo, personas que no decaen, que no se desalientan ni se debilitan fácilmente. Hijos e hijas de Dios que no flaquean en sus convicciones, que no son influenciados y seducidos por el sistema del mundo, sino que vivimos siendo luz en medio de las tinieblas, y siendo transformados a imagen de Cristo.¡Seamos firmes en nuestras convicciones, para resistir el sistema del mundo. “Si no te mantienes firme tu fe, no te mantendrás firme en absoluto”.
Padre, gracias porque eres un Padre bueno, mandaste a tu único Hijo Jesucristo a rescatarme, cuando no había ninguna esperanza para mí. Cambiaste mi naturaleza pecadora y traicionera por tu misma naturaleza, por tu ADN, me hiciste una nueva criatura. Quitaste el corazón de piedra incapaz de amar verdaderamente y de obedecerte, por un corazón conforme al tuyo y desde el vientre de mi madre me llenaste con dones y habilidades para que pudiera cumplir con el propósito específico que tienes para mí. Es por esto que me quieres inquebrantable y hoy me dispongo a buscarte con todo mi corazón, a escudriñar tu palabra, a echar fuera toda duda y a fortalecer mi fe y mis convicciones, en el nombre de Jesús, amén