SEAMOS COMO DANIEL, UN JOVEN INQUEBRANTABLE:

Un periodo terrible de la historia de Israel fue la conquista de Jerusalén por los babilonios en el año 587 A.C., durante el reinado de Sedequías. Como resultado de esto, hubo una deportación de judíos a Babilonia, para servir como esclavos del rey Nabucodonosor por setenta años. Entre el grupo de jóvenes iba Daniel, quien nos dejó un gran testimonio de integridad, fe y virtud.

Daniel 1. 3-6. Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. 5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá.

Daniel 1. 8. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

El joven Daniel no se conformó a las circunstancias de su esclavitud. Se determinó a no amoldarse a las costumbres del reino babilonio, no permitiendo la DECONSTRUCCIÓN de su personalidad, valores y creencias. DECONSTRUIR es el plan de descomposición de las creencias occidentales fincadas en principios bíblicos y en la existencia de Dios. Lo vemos en la propagación de la ideología de género, en el socialismo ateo, en la ausencia de valores absolutos, en la descomposición de la familia, etc.

Padre, gracias por los ejemplos que me das en tu palabra, a través de vidas como la de Daniel, para que sepamos como comportarnos en cualquier circunstancia. Hoy día vivimos gran parte de lo que vivió Daniel, pues el mundo nos quiere enseñar cosas contrarias a tu palabra. Pero hoy, me mantengo firme en lo que tú dices y no permitiré que los usos y costumbres actuales deconstruyan lo que me has enseñado, por el contrario, día a día escudriñaré tu palabra y buscaré con fuego tu presencia, porque sé que tu venida se acerca, en el nombre de Jesús, amén.

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