No te conformes con menos de lo que el Padre tiene para ti. Pide con fe, pide con valentía y no aceptes un NO por respuesta. Persevera en la fe, en la gracia y espera tu rescate y liberación total. Aléjate de las cosas que te sacan de la gracia, renuncia a ellas, en Cristo tenemos todo, no nos falta nada.
- Pecado. ¿Pecaremos para que sobreabunde la gracia? En ninguna manera. Porque si hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremoos en él?
- Culpa y condenación.
- Rencor, resentimiento, falta de perdón.
- Religiosidad, hipocresía, doble vida.
- Orgullo: Creer que “Yo me lo merezco”. La humildad honra la Cruz. Nuestras buenas acciones son como trapos de inmundicia.
- Juzgar a otros: Con la vara que mides…
- Pedir justicia apunta a la ley. “Ojo por ojo”.
- Queja y murmuración: Recordar de donde nos sacó el Señor.
- Tomar la gloria para uno mismo.
- Baja autoestima: No lo merezco. No lo puedo creer.
- Egoísmo y autocomplacencia.
- Comodidad y confort.
- Aflicciones: A veces creemos que por tener aflicciones nos hemos salido de su
gracia. Pero no es así, en la aflicción, confía en Él.
Santiago 4. 6-7. Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Padre, gracias por la libertad que me has otorgado en Cristo, porque en Él estoy completo y no me falta nada. Hoy renuncio al pecado, la culpa, la condenación. Al rencor, el resentimiento y la falta de perdón, hablo a cada una de las personas que me han herido y les digo: “(Nómbralos de uno en uno)…Te perdono, ¡no me debes nada!” Tú me perdonaste todos mis delitos y pecados y yo hoy perdono a todos y cada uno. Te pido que tu Santo Espíritu me recuerde a cada momento de mi vida, cómo vive un hijo de Dios, aceptado, amado, perdonado, para vivir conforme a todo lo que Jesús ya ganó para mí en la cruz cada día. En el nombre de Jesús, amén.
