Dios nos habla todos los días para mostrarnos su camino y guiarnos al destino que tiene para nosotros. La Biblia es su voluntad para la humanidad, pero las visiones y los sueños son dos instrumentos sobrenaturales de revelación, formas audiovisuales de comunicación del Padre con sus hij@s.
En el Antiguo Testamento a los profetas se les llamaba “videntes”. La palabra “visión” significa mirar, ver una o varias imágenes, observar y percibir lo que el Señor nos muestra respecto al futuro. Si lo decide, Dios puede hablarnos también cara a cara, como lo hizo con Moisés y con el propio Señor Jesús.
¿Cuándo fue la última vez que el Señor te habló a ti?
Números 12. 6-8. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Padre, gracias porque tu Hijo Jesús rompió el velo de separación que había entre tú y yo, y ahora me puedo acercar confiadamente a tu presencia para recibir tu amor y tus abrazos, presentarte mis peticiones y, lo más importante, recibir dirección e instrucciones para cumplir con el propósito que tienes para mi vida. ¡Qué privilegio poder estar frente a ti! Abre hoy mi entendimiento, mis ojos y mis oídos, para discernir, oír y entender tu visión en medio del ruido incesante y las distracciones que me rodean, y así poder ver tus maravillas, en el nombre de Jesús, amén.