RECONOCER LA CARNALIDAD

La iglesia corintia tenía abundancia de dones espirituales, pero también de conductas pecaminosas. Muchos congregantes carecían de sabiduría divina, pero estaban llenos de tradiciones y costumbres.

1 Corintios 3. 1-4 De manera que yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Les di a beber leche, y no vianda; porque aún no eran capaces, ni son capaces todavía, 3 porque aún son carnales; pues habiendo entre ustedes celos, contiendas y disensiones, ¿no son carnales, y andan como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no son carnales?

Pablo les llama “niños en Cristo”, personas sin arrepentimiento y sin discernimiento espiritual. En Corinto abundaban los casos de inmoralidad sexual, los pleitos y litigios entre hermanos; aun cuando hablaban en lenguas y operaban en diversos dones del Espíritu.

1 Corintios 5. 1. De cierto se oye que hay entre ustedes fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.

1 Corintios 6. 1. ¿Osa alguno de ustedes, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?

Es quizá por estas razones, que el Señor colocó en el capítulo 13 de esta primera carta a los Corintios, la más clara descripción del AMOR ÁGAPE, el amor perfecto
de Dios que hoy podemos experimentar y compartir. Si leemos con detenimiento toda la epístola, nos daremos cuenta de que tenían también problemas con la idolatría, el abuso de la cena del Señor; pero, sobre todo, estaban siendo ahogados por la cultura griega, filosofía pagana que los dominaba.

Padre, gracias por los ejemplos tan claros que me muestras en tu palabra. Dame la revelación y la sabiduría espiritual para discernir y actuar conforme a lo que me estas enseñando. Abre mis ojos para ver la verdad. Tu palabra me enseña que mientras te miro en ella, soy transformado a tu imagen y semejanza. Renuncio al engaño, a la mentira, al pecado, en el nombre de Jesús, amén.

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