• Ante la agresión, no busques la venganza personal, lleva tu problema al Señor ya que Él es tu abogado defensor. Am.5.12.
• No te enojes con el que te persigue. Tu lucha no es contra carne y sangre, sino contra el diablo que usa a las personas. Stg. 2.6,13.
• Fortalécete como David, en la adoración y en la comunión con el Padre. Vemos el corazón quebrantado de David en los salmos que escribió. Sal.119.86-87.
• El Espíritu Santo sanará tus heridas y te dará la fuerza para perdonar y mantenerte en el amor y la promesa del Señor.
• Los amargados y rechazados que buscaron a David se convirtieron con su liderazgo y con su ejemplo, en los valientes de David. 1 Sam. 22.2.
• Sigamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo:
1 Pedro 2. 20.23. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
REFLEXIONA:
• ¿A qué persona no has decidido perdonar? No se puede amar sin perdonar.
• Puedes tener la razón, la persecusión puede ser real. Pero no tenemos el derecho a seguir adelante sin perdonar, porque Cristo nos perdonó al cien.
• Perdonar es tu decisión. Decide hacerlo tal como Cristo te perdonó. Eso hará que tus emociones se estabilicen, se libere tu corazón y sigas siendo transformado hasta llegar a amar a los que te lastimaron o aún lo hacen
Gracias Padre amado, así como ayudaste a cada uno de los rechazados, amargados, perseguidos y los convertiste en los valientes de David, así te pido que pongas tus ojos en mí y me transformes a través de la acción de tu Espíritu Santo en el nuevo corazón que me has dado, conforme al tuyo. Me comprometo a dejar atrás mis modos, mis ideas, necedades, formas y cambiarlas por medio de la meditación de tu palabra, que va transformando mi mente y comportamiento a tu imagen, a tu forma, a tus deseos. A no ver conforme a mi carne, a no pensar conforme a mis deseos y mis sentimientos, a no decidir conforme a mis ideas, sino hacer todo conforme a tu palabra. En el nombre de Jesús, amén