¡Qué difícil es vivir con alguien que verdaderamente no nos quiere! Y sobre todo cuando va más allá de un simple rechazo, a un ataque y hasta a una persecución. ¿Qué nos dice la Palabra de Dios al respecto? ¿Podemos pedirle a Dios que mande fuego del cielo sobre esa persona y la elimine, como le pidieron sus discípulos al Señor en una ocasión? ¡Por supuesto que no! El Señor les respondió duramente:
Lucas 9. 53-56. Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. 54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Dios es amor y su evangelio es salvación, gracia, amor, perdón y reconciliación. Como discípulos de Cristo, recordemos que muchas veces somos la única Biblia que las personas leerán. Somos sus representantes y embajadores en la tierra
Mateo 5. 44. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
Padre, contigo todas las cosas son posibles. Para mí, en mi carne y en mis limitaciones, no es posible comprender cómo puedo amar a alguien que no me ama, que me rechaza e incluso que me agrede. Pero yo sé que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Tú lo diste todo por mí y has derramado tu amor en mi corazón por tu Espíritu Santo. Me has dado tu fuerza y tu inteligencia. Me has dado un corazón de carne capaz de amar como tu amas. Yo hoy perdono a los que me agreden y rechazan, los bendigo y decido amarlos como tú amas, con tu amor puro, benigno, que no busca lo suyo, que no tiene envidia, con tu divino amor, en el nombre de Jesús, amén.