Echemos fuera al enemigo, demos la orden al obstáculo de que se quite, se desarraigue de nuestra vida. El lenguaje de la fe no niega lo que vemos en lo natural, lo desafía y lo vence por la fe, la confesión y la acción.
2 Corintios 4.17-18. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;17 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Ejemplo: El Doctor me dijo que tengo un tumor que puede matarme. No niego la realidad de la tomografía, pero empiezo a creer y a declarar lo que dice la Biblia. No lo voy a negar, lo voy a desafiar. Voy a pelear, voy a profetizarle: “Yo creo que por sus llagas he sido curado.” Is. 53.5. “La liberación es el pan de los hijos”. “Envió su Palabra y los sanó y los libró de la ruina”. Empiezo a declarar escrituras sobre el diagnóstico.
Lucas 17. 6. Entonces el Señor dijo: Si tuvieran fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y les obedecería.
En nuestro tiempo de oración, le pedimos a Dios que haga cosas, que nos toca hacer a nosotros. Jesús no removerá nuestra montaña. Nos dijo a que la quitáramos, que la echaramos fuera, en el nombre de Jesús. Ya no pidamos a Dios que haga lo que nos toca hacer con su autoridad. ¡Dios… el diablo me está persiguiendo! Voltéate y grítale: Fuera de mí satanás. ¡Señor, alguien puso una maldición sobre mí..! Pues usa tu boca y regrésale sus maldiciones al diablo. Las palabras de hoy están creando la atmósfera de mi mañana. ¿Dónde te gustaría caminar mañana? En fe, en bendición y victoria, o en más de lo mismo.
Padre, gracias por la vida en abundancia que me has concedido. Enséñame a vivirla en toda la plenitud de lo que tu Hijo Jesucristo ganó para mí en la cruz. ¡Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad ya me han sido dadas! Enséñame a arrebatarlas, a reclamarlas, a vivirlas. A no estar estático viendo que el tiempo se va y no las he podido alcanzar. Esas situaciones que me han detenido durante años. Hoy las enfrento, busco tu palabra y les hablo con la autoridad que me ha sido dada en el nombre de Jesús, para que toda montaña y obstáculo se aleje de mi vida, en el nombre de Jesús, amén.