Tenemos que estar convencidos de que Dios desea sanarnos física, mental, emocional y espiritualmente. Mientras haya duda al respecto, la sanidad no vendrá. Es necesario que tengamos fe y que la ejercitemos.
Hebreos 11. 6. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Una vez convencidos de que Dios desea sanarnos y que su voluntad es que estemos sanos, recibiremos sanidad cuando oren por nosotros. Otros la recibirán incluso antes. El conocer y creer esto, hace el terreno fértil para que la fe pueda desarrollarse y crecer.
La salvación y la sanidad es PARA TODOS. No toleramos el pecado porque JESÚS LOS LLEVÓ EN LA CRUZ. De la misma forma, no toleremos la enfermedad PORQUE JESÚS LLEVÓ NUESTRAS ENFERMEDADES SOBRE SU CUERPO EN EL MADERO.
1 Pedro 2. 24. quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Isaías 53.4-5. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Gracias Padre por tus deseos para mi vida, deseos de bien y no de mal, para darme el fin que espero. Gracias por revelarme los deseos de tu corazón para mi vida. Tú deseas que sea prosperado en todas las cosas y que tenga salud, así como prospera mi alma. No aceptaré ninguna enfermedad en mi cuerpo, así como no acepto ningún pecado en mi alma. Tú me limpiaste de todo pecado con su sangre y me sanaste de toda enfermedad con sus heridas. Gracias porque puedo vivir en la plenitud de lo que Jesucristo ganó para mí en la cruz. En el nombre de Jesús, amén