Por definición, es la manifestación externa de las virtudes de Jesucristo que han sido conformadas en el corazón y carácter de los hijos e hijas de Dios. Es peculiar el hecho de que el “fruto” se menciona en singular, en vez de referirse a “frutos”, ya que son nueve sus variedades. Describamos cada una.
Gálatas 5. 22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
EL FRUTO DEL AMOR: Del griego: Ágape. Es el amor incondicional y continuo de Dios, que procura siempre el bien para sus semejantes. El amor de Dios y del Señor Jesucristo lo llevó a dar su vida en la cruz, para el perdón de nuestros pecados. El amor es la naturaleza de Dios.
Juan 15. 12-13. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado 13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
El amor de Dios ya ha sido derramado a nuestro corazón, por el Espíritu Santo. Y Él continua derramándolo para poder amar al Señor con todo el corazón, el alma y las fuerzas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El apóstol Pablo describe esta clase de amor en el capítulo 13 de 1a de Corintios.
1 Corintios 13. 4-8. El amor (ágape) es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la
verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca
deja de ser…
Gracias Padre porque has derramado tu Ser, tu amor, dentro de mi ser. Ahora ya es parte central de mi vida, como lo es de la tuya. Me has dado tu misma naturaleza de amor y estoy capacitado para amar como tú amas. Hoy corro a tu presencia, para ser llenado te ti hasta sobreabundar, para no tener déficit de amor. Me visto de tu amor, que es el vínculo perfecto, en el nombre de Jesús, amén.